Gobernanza urbana: ¿quién se hace responsable?
Marcela Ruiz-Tagle O., directora de Estudios, Corporación Ciudades
- T+
- T-
Marcela Ruiz-Tagle
Las ciudades surgen a partir de la necesidad de vincularnos y asociarnos para satisfacer distintas necesidades, entre las cuales el intercambio (en la antigüedad, el trueque) es crucial. De ahí que el comercio esté en su naturaleza, y que mientras más intenso es ese intercambio, más relevante se vuelve para el asentamiento de la población.
Los urbanistas plantean que una buena ciudad debe ser densa, compacta, diversa y compleja, atributos que en términos económicos se expresan en los beneficios de la aglomeración. Frutos que, si bien son determinantes para su desarrollo, no son por lo único que deben ser evaluadas. La urbe también es el espacio de la convivencia, de la vida en común, por lo que su dinámica afecta nuestra calidad de vida. Desde esta perspectiva, poco o nada hay para celebrar.
La apropiación del espacio público por parte de vendedores ambulantes, personas en situación de calle y delincuentes, se ha vuelto un conflicto en el que todos perdemos y en el cual no se visualiza una pronta solución. Así al menos se evidencia en el Gran Santiago, en los sectores de Meiggs y 10 de julio, el denominado barrio Universitario, el persa Biobío y los parques de los Reyes y Forestal, el eje Alameda y las estaciones y trenes de Metro.
Realidades que sobrepasan el accionar de los alcaldes y que distintas encuestas identifican como el principal problema que afecta a la ciudadanía: la delincuencia e inseguridad ciudadana, y que la población percibe continuará sin resolver durante la próxima década. El deterioro de la calidad de vida en el Gran Santiago ha llegado al punto de que cuatro de cada 10 habitantes se cambiarían a otra ciudad si pudieran, y mayoritariamente preferirían que las decisiones sobre estos temas fueran plebiscitadas o consultadas a la ciudadanía, y no tomadas directamente por las autoridades electas.
Esto no es menor. Hace seis meses contamos con Gobernadores Regionales democráticamente elegidos, los cuales deberían generar un cambio relevante en la descentralización del país y en desarrollo sostenible de las ciudades. Esta semana se reunieron con el Presidente electo para plantear sus necesidades y prioridades en el corto plazo, como la eliminación de la figura del delegado presidencial, flexibilidad presupuestaria, inversión sectorial vinculante al territorio, y que el traspaso de nuevas competencias sea a solicitud de cada gobernador o grupo de estos.
Los puntos levantados son consistentes con las debilidades que habían sido previstas en el proceso de descentralización iniciado, y cobran particular relevancia en las áreas metropolitanas.
¿Cuáles debieran ser sus atribuciones mínimas? En las gobernanzas de ciudades con altos estándares de desarrollo y calidad de vida -como Berlín, Nueva York, París o Londres-, sus alcaldes mayores son responsables de gestionar, a lo menos, los ámbitos de seguridad y control de emergencias, el transporte metropolitano, el desarrollo urbano (incluida la provisión de vivienda), el manejo de residuos y medio ambiente, y la estrategia de planificación de la ciudad. No es necesario inventar la rueda para dar prioridad a las urgencias de la ciudadanía.